23 abril 2007

Sunshine: un rayo de sol

Se ha estrenado recientemente Sunshine, la última película de Danny Boyle, que desarrolla la inquietante idea de que el sol se apague. Como se apunta en el film, el sol, como cualquier otra estrella, se mantiene vivo gracias a la fusión nuclear. Los núcleos de hidrógeno, el elemento químico más sencillo de la naturaleza, que lo componen se unen con otros núcleos de hidrógeno para originar helio (que se llama así precisamente por existir en el sol). El proceso es justo el contrario del que tiene lugar en una central nuclear o en una bomba atómica, que es una fisión nuclear de átomos muy pesados que se rompen en dos. Las reacciones nucleares son extremadamente energéticas y consiguen compensar la tendencia natural del sol a colapsarse sobre sí mismo debido a la atracción de la gravedad entre sus átomos, y lo que es más importante para nosotros, provocan que el sol irradie la cantidad suficiente de energía para permitir la vida en la tierra.

Desde nuestro punto de vista, el sol es una especie de pila gigantesca que algún día se apagará, pero todavía cuenta con hidrógeno suficiente para durar unos 5000 millones de años más, así que dentro de 50 años seguirá brillando igual que ahora, por mucho que diga la película. Si, por alguna razón, se agotara el combustible en el núcleo del sol, entonces la reacción de fusión pasaría a la periferia de la estrella: el sol se convertiría en una gigante roja aumentando espectacularmente de tamaño y cargándose en esta expansión a Mercurio, Venus y probablemente también a la tierra, así que ocurriría lo contrario a lo que propone Sunshine, nos abrasaríamos. Después de esta fase sí ocurriría lo que dice la película, una vez que ya no queda ningún combustible nuclear, se produce el colapso de la estrella por gravedad y ésta se reduce hasta convertirse en una fría enana blanca incapaz de transmitir energía a los planetas que giran a su alrededor. Pero para entonces nuestros tataranietos ya hará mucho tiempo que estarán criando malvas ....

09 abril 2007

Cortocircuito: corto pero no cortado

Los que fuimos niños de los años 80 recordamos la película Cortocircuito (1986), acerca de un robot que, como Frankenstein, cobraba vida cuando un rayo le caía encima. La palabra cortocircuito viene del inglés short circuit; no es una traducción muy adecuada y hasta pensé en colocar esta entrada no en este blog, sino en mi otro blog de traducciones, porque crea confusión a la hora de entender el concepto. A diferencia del inglés, en español los adjetivos se ponen detrás y no delante del nombre, por lo que sería más adecuado decir circuito corto que cortocircuito que, más que la idea de un circuito pequeño, evoca la de un circuito cortado, la de cortar un circuito, cuando las dos cosas no tienen nada que ver.

En la parte izquierda de este dibujo podemos ver un circuito eléctrico normal; las bombillas se encienden porque existe un circuito, un camino, que comunica el polo positivo de una pila con el negativo, permitiendo que circule la corriente del uno al otro y que en su camino encienda las bombillas. El circuito del medio es un circuito cortado; se ha cortado un cable por lo que ya no existe contacto entre un polo y otro de la pila: la corriente ya no puede circular y las bombillas se apagan; este efecto se consigue normalmente a través de un interruptor, un botoncito que en una posición permite el contacto entre los cables y en la otra no, permitiendo o interrumpiendo el paso de la corriente.

El circuito de la derecha es el cortocircuito; no hay ningún cable cortado que impida el contacto entre polos, sino lo contrario, hay un contacto directo no deseado entre el polo positivo de la pila y el negativo a través del cable de abajo. Aunque las bombillas siguen conectadas, no se encienden porque la corriente no pasa por ellas: le resulta mucho más cómodo evitarlas e irse por el cable, que a diferencia de las bombillas no posee resistencia eléctrica. El circuito se hace muy corto (short circuit), puesto que evita todos los elementos y conecta directamente un polo con el otro.

A primera vista puede parecer que los circuitos del medio y de la derecha son iguales, las bombillas no encienden y punto. Pero no es así, mientras el circuito cortado (el del medio) no reviste ningún peligro porque no está pasando corriente por él, por el cortocircuito (de la derecha) sí está pasando corriente, y muchísima, ya que al no poseer apenas resistencia, el cable permite el flujo de una gran cantidad de corriente gastando la pila en poco tiempo. Si en lugar de una pila de 4,5 voltios como la del dibujo habláramos de un enchufe de los de casa, de 220 voltios, la corriente tan elevada que se produce en el caso de un cortocircuito quema los cables y puede producir fácilmente un incendio.

Para evitar estos desastres tenemos el cuadro eléctrico de la vivienda, como expliqué en una entrada anterior, cuyo interruptor general salta cortando la luz para evitar el cortocircuito.