No sé si porque la han editado o reeditado en DVD hace poco o por simple capricho de mi videoclub, donde ha aparecido como "novedad", pero el caso es que Kolya, un film checo que ganó el Oscar de mejor película extranjera en 1996, cayó en mis manos el otro día. Lo que me motivó a verla fue que transcurriera en Praga y que estuviera ambientada en los años de la ya olvidada perestroika, pero la historia, de un músico maduro que por circunstancias tiene que hacerse cargo de un niño pequeño, estaba muy bien contada, no resultaba peliculera ni tenía el típico sentimentalismo que se podría esperar en estos casos.
Pero la escena que más me llamó la atención fue un momento en el que el protagonista está en la cama con uno de sus ligues y la mujer tiene un ataque de hipo. Para curárselo, él le recomienda hacer presión sobre el dedo meñique (?); como el método no parece funcionar, sugiere entonces subir a la vez el brazo izquierdo y la pierna derecha (??). Como si no tuviera nada mejor que hacer, me he puesto a buscar por internet si estos remedios caseros, que nunca había oido, tenían alguna base. En mi búsqueda me encontré con sugerencias que sí me resultaban conocidas, como tomar una cucharada de azúcar y beber un vaso de agua al revés inclinando el cuerpo, que al parecer no funcionan, o al menos nadie ha podido demostrar que tengan algún sentido.
El hipo es una contracción brusca del diafragma (músculo de la cavidad torácica) seguida de un cierre no menos brusco de las cuerdas vocales. Como sabemos, no reviste gravedad salvo en el caso excepcional de que se prolongue mucho en el tiempo, y sus causas suelen ser una mala digestión o los nervios. La causa nerviosa hace que el remedio casero de quitar el hipo mediante un susto parezca tener un poco más de verosimilitud, así como el intentar dejar de respirar durante unos segundos, pero según la revista New Scientist, la única forma válida de curarlo es inhalando dióxido de carbono; el dióxido de carbono lo producimos continuamente al respirar, por lo que basta con taparnos la nariz y la boca con una bolsa y respirar normalmente. En muy poco tiempo habremos consumido el aire de la bolsa y estaremos respirando dióxido de carbono; naturalmente, no se puede respirar este gas mucho tiempo porque nos asfixiaríamos.
No tengo ni idea de donde sacó el guionista de Kolya la idea del dedo meñique, puesto que según la acupuntura el punto que regula el aparato respiratorio está situado en otro dedo, el anular. No obstante, no es la solución más peregrina que he encontrado para el hipo. La última edición de los premios Ignobel, que se conceden a las investigaciones científicas más absurdas, ha premiado en la categoría de medicina un estudio realizado en Israel titulado Terminación del hipo mediante un masaje rectal digital. No sé si el dedo se lo tendrá que introducir uno mismo o si lo debe hacer otra persona. Animo a los lectores a que, en interés de la ciencia, lo prueben y nos comenten el resultado.
Pero la escena que más me llamó la atención fue un momento en el que el protagonista está en la cama con uno de sus ligues y la mujer tiene un ataque de hipo. Para curárselo, él le recomienda hacer presión sobre el dedo meñique (?); como el método no parece funcionar, sugiere entonces subir a la vez el brazo izquierdo y la pierna derecha (??). Como si no tuviera nada mejor que hacer, me he puesto a buscar por internet si estos remedios caseros, que nunca había oido, tenían alguna base. En mi búsqueda me encontré con sugerencias que sí me resultaban conocidas, como tomar una cucharada de azúcar y beber un vaso de agua al revés inclinando el cuerpo, que al parecer no funcionan, o al menos nadie ha podido demostrar que tengan algún sentido.
El hipo es una contracción brusca del diafragma (músculo de la cavidad torácica) seguida de un cierre no menos brusco de las cuerdas vocales. Como sabemos, no reviste gravedad salvo en el caso excepcional de que se prolongue mucho en el tiempo, y sus causas suelen ser una mala digestión o los nervios. La causa nerviosa hace que el remedio casero de quitar el hipo mediante un susto parezca tener un poco más de verosimilitud, así como el intentar dejar de respirar durante unos segundos, pero según la revista New Scientist, la única forma válida de curarlo es inhalando dióxido de carbono; el dióxido de carbono lo producimos continuamente al respirar, por lo que basta con taparnos la nariz y la boca con una bolsa y respirar normalmente. En muy poco tiempo habremos consumido el aire de la bolsa y estaremos respirando dióxido de carbono; naturalmente, no se puede respirar este gas mucho tiempo porque nos asfixiaríamos.
No tengo ni idea de donde sacó el guionista de Kolya la idea del dedo meñique, puesto que según la acupuntura el punto que regula el aparato respiratorio está situado en otro dedo, el anular. No obstante, no es la solución más peregrina que he encontrado para el hipo. La última edición de los premios Ignobel, que se conceden a las investigaciones científicas más absurdas, ha premiado en la categoría de medicina un estudio realizado en Israel titulado Terminación del hipo mediante un masaje rectal digital. No sé si el dedo se lo tendrá que introducir uno mismo o si lo debe hacer otra persona. Animo a los lectores a que, en interés de la ciencia, lo prueben y nos comenten el resultado.