Estamos acostumbrados a ver en la ciencia-ficción naves espaciales con la tripulación dándose una vuelta por los pasillos como Perico por su casa. Pongo Alien como ejemplo no por casualidad, sino porque fue una de las primeras películas donde los viajes espaciales se mostraban como algo cotidiano y la nave no era tripulada por grandes científicos ni astronautas, sino que tenía más bien la función de lugar de trabajo de unos técnicos no muy especializados: la clase obrera también empezaba a recorrer el espacio.
Sin embargo es fácil notar el contraste entre Alien o Star Trek, y películas sobre astronautas con una intención más realista o documental, como Elegidos para la gloria o Space cowboys, donde vemos los efectos de la ingravidez. Viviendo en la tierra, nos parece lógico y natural que el suelo nos "atraiga"; como comentamos ya cuando hablamos de las mareas, las masas se atraen las unas a las otras, y siendo la masa de nuestro planeta tan enorme, nuestra tendencia natural es caernos hacia el centro de la Tierra si no está el suelo para impedírnoslo.
En el espacio no es así y podemos flotar, pero ojo, no porque no exista la fuerza de la gravedad, sino porque las naves espaciales están sometidas a otras fuerzas que la contrarrestan. O bien porque están aceleradas y las llamadas fuerzas de inercia (las fuerzas que nos empujan hacia delante cuando el coche frena, o hacia atrás cuando acelera) anulan la atracción gravitatoria de las estrellas y los planetas, o bien porque están en órbita respecto a algún cuerpo celeste, de la misma forma que la Tierra no se cae porque está en órbita alrededor del sol: si estuviera quieta se precipitaría hacia el sol a gran velocidad, pero como está girando, la fuerza centrífuga (la que hace que el coche se salga de la carretera en las curvas si no tenemos cuidado) se compensa con la atracción gravitatoria del sol.
En una nave en órbita ocurre lo mismo: hay un equilibrio entre el movimiento de giro y la fuerza de gravedad (algo así como la bola de una ruleta, que no cae hasta que la ruleta no deja de girar), y el resultado es la ingravidez dentro de la nave. ¿Por qué los tripulantes de la nave de Alien no flotan entonces? Pues porque la nave dispondrá de un auténtico octavo pasajero, un mecanismo que provoca una aceleración hacia arriba que "clava" a los ocupantes al suelo de la nave, algo parecido a lo que ocurre cuando un ascensor empieza a subir y notamos una pequeña fuerza que nos comprime hacia el suelo. De hecho Einstein, hombre del que no paramos de hablar en el blog, demostró en la Teoría de la Relatividad General que no somos capaces de distinguir entre atracción gravitatoria y aceleración; el efecto de un movimiento acelerado es el mismo que el de la fuerza de gravedad. El guionista de la película obvió dar todas estas explicaciones ... o tal vez ni siquiera se las planteó.
Sin embargo es fácil notar el contraste entre Alien o Star Trek, y películas sobre astronautas con una intención más realista o documental, como Elegidos para la gloria o Space cowboys, donde vemos los efectos de la ingravidez. Viviendo en la tierra, nos parece lógico y natural que el suelo nos "atraiga"; como comentamos ya cuando hablamos de las mareas, las masas se atraen las unas a las otras, y siendo la masa de nuestro planeta tan enorme, nuestra tendencia natural es caernos hacia el centro de la Tierra si no está el suelo para impedírnoslo.
En el espacio no es así y podemos flotar, pero ojo, no porque no exista la fuerza de la gravedad, sino porque las naves espaciales están sometidas a otras fuerzas que la contrarrestan. O bien porque están aceleradas y las llamadas fuerzas de inercia (las fuerzas que nos empujan hacia delante cuando el coche frena, o hacia atrás cuando acelera) anulan la atracción gravitatoria de las estrellas y los planetas, o bien porque están en órbita respecto a algún cuerpo celeste, de la misma forma que la Tierra no se cae porque está en órbita alrededor del sol: si estuviera quieta se precipitaría hacia el sol a gran velocidad, pero como está girando, la fuerza centrífuga (la que hace que el coche se salga de la carretera en las curvas si no tenemos cuidado) se compensa con la atracción gravitatoria del sol.
En una nave en órbita ocurre lo mismo: hay un equilibrio entre el movimiento de giro y la fuerza de gravedad (algo así como la bola de una ruleta, que no cae hasta que la ruleta no deja de girar), y el resultado es la ingravidez dentro de la nave. ¿Por qué los tripulantes de la nave de Alien no flotan entonces? Pues porque la nave dispondrá de un auténtico octavo pasajero, un mecanismo que provoca una aceleración hacia arriba que "clava" a los ocupantes al suelo de la nave, algo parecido a lo que ocurre cuando un ascensor empieza a subir y notamos una pequeña fuerza que nos comprime hacia el suelo. De hecho Einstein, hombre del que no paramos de hablar en el blog, demostró en la Teoría de la Relatividad General que no somos capaces de distinguir entre atracción gravitatoria y aceleración; el efecto de un movimiento acelerado es el mismo que el de la fuerza de gravedad. El guionista de la película obvió dar todas estas explicaciones ... o tal vez ni siquiera se las planteó.