17 julio 2008

La conexión entre gemelos

He visto hace poco en DVD Pacto de silencio (Le pacte du silence, 2003). Se trata de un thriller francés que tal vez haya salido directamente a video entre nosotros, porque la IMDB no menciona ningún estreno comercial en España, protagonizado por el omnipresente Gérard Depardieu y Elodie Bouchez en el papel de un par de hermanas gemelas. Es fácil adivinar como acaban las películas de suspense con gemelos, y el título Pacto de silencio tampoco es que deje lugar a muchas dudas sobre lo que se va a descubrir al final, pero el caso es que esta película juega con la idea de esa conexión casi sobrenatural que se suele decir que existe entre los hermanos gemelos. ¿Tienen alguna base científica estas historias de gemelos que se sienten mal cuando su hermano está enfermo, que sueñan con lo mismo, que notan que el otro tiene problemas estando a miles de kilómetros de distancia, etc., etc.?

En primer lugar una precisión semántica y también biológica: aunque suelen emplearse como sinónimos, mellizos son los hermanos nacidos de un mismo parto sean idénticos o no, mientras que gemelos son solamente los univitelinos, es decir, originados a partir de un embrión dividido en dos al comienzo de la gestación; si esa división en dos no se acaba de completar tenemos a los hermanos siameses. Los mellizos provienen de dos óvulos que resultan fecundados al mismo tiempo por dos espermatozoides distintos: pueden ser de distinto sexo y no tienen más material genético en común que dos hermanos cualesquiera. Sin embargo un gemelo es un clon natural de uno mismo; eso podría hacernos pensar que los hermanos gemelos son la misma persona duplicada y que pueden tener toda esta conexión de la que hablábamos antes.

Pero parece ser que no es así. Tradicionalmente se pensaba que los gemelos tenían exactamente el mismo material genético y que todas las diferencias que pudiera haber entre ellos derivaban del entorno o de los diferentes tipos de vida que hicieran. Pero no es así, son dos personas genéticamente diferentes, más conforme va pasando el tiempo.

Aunque tenemos la idea de que el material genético es inalterable, sólo la secuencia de ácido desoxirribonucleico (ADN) lo es, pero no la cromatina, que es la sustencia que rodea a estos ácidos. Esto origina modificaciones del fenotipo (los rasgos de una persona), que es la expresión de su genotipo (material genético). Aunque en el momento de nacer sean iguales, los gemelos pueden ir diferenciándose en sus rasgos mientras crecen.

Pero al parecer algunos de los últimos estudios sobre este tema se están cuestionando incluso que el propio ADN sea inmutable; al parecer se puede producir un número mayor o menor de copias de algunos segmentos de ADN. Esto hace que a veces un gemelo pueda desarrollar una enfermedad genética mientras su hermano permanece sano o viceversa.

En la cuestión fisiológica, por tanto, no hay mucha base para creer en ese vínculo especial entre gemelos. El aspecto psicológico ya es otra cosa; en ese sentido una de las películas que mejor exploraba la relación entre gemelos, aunque en este caso convirtiéndola en una dependencia obsesiva, era Inseparables de David Cronenberg. Para evitar que el gemelo desarrolle estos problemas de identidad, se recomienda cada vez más incentivar que los hermanos se sientan personas independientes, vistiéndolos de distinta forma, poniéndolos en distintas clases en el colegio, etc.