Si no recuerdo mal, Celebrity de Woody Allen (1998) acababa con uno de los ligues del protagonista (Kenneth Branagh hacía el papel que siempre hace Woody) que, en represalia por alguna felonía, cogía la única copia existente de su último libro y lo tiraba por la borda de un ferry. La imagen de las hojas de papel cayendo al mar para desesperación del protagonista, que se veía en la obligación de reescribir su obra, ya en su día me había parecido anacrónica; muy poca gente seguía utilizando la máquina de escribir a finales de los años 90.
De hecho, unos años antes, en una película que me impactó muchísimo y me abrió las puertas del cine francés, Nelly y el señor Arnaud (1995), se trataba el tema del cambio de tecnología empleada por los escritores. El señor Arnaud no sabía usar el ordenador y Nelly, la secretaria que le ayudaría a redactar su libro, se lo definía como una máquina de escribir con memoria.
Naturalmente, el ordenador es más que un procesador de textos, aunque la herencia de la máquina de escribir en nuestros teclados está muy clara, pero me interesa centrarme en la memoria del ordenador, en cómo registra los datos.
La principal forma de almacenamiento de información era y sigue siendo magnética, no muy diferente de los antiguos casetes (de ahí la popularización del termino disquete): una superficie recubierta con una capa de óxido de hierro cuyas partículas pueden cambiar su orientación magnética. Si esta orientación va en un sentido, el mecanismo o cabezal mecánico que lee o escribe información en el disco lo registrará como un 0; si la orientación va en el otro sentido tendremos un 1. Es decir, son mecanismos digitales de almacenamiento de la información; a partir de todos estos ceros y unos podemos transmitir la información que queramos.
Los discos duros son esencialmente iguales, en cuanto a la forma de grabar o leer la información, que los casi extintos disquetes: la diferencia es que están fijos, en oposición al carácter volátil de los disquetes (de ahí el nombre inglés de estos últimos, floppy disk) y que físicamente son rígidos. Estoy seguro de haber visto el uso de un disquete en una película reciente, que me llamó la atención tanto como en su día el libro escrito a mano de Celebrity, pero no caigo ahora en cual era.
Otra forma de almacenamiento de la información es la óptica. En los CDs y DVDs un láser lee la superficie de un disco lleno de pequeñas irregularidades o pits, y procesa cada uno de ellos como un 0 o un 1. Cuantos más pits podamos almacenar y más los podamos juntar, más información se podrá almacenar (por lo tanto un DVD contiene muchos más pits que un CD).
Por último, las memorias flash, pen drives o lápices son eléctricas y funcionan a partir de un tipo particular de transistores. Supongo que son ya sobradamente conocidas y que, cuando aparece alguna en una película, ya no necesitan de mayor justificación.