En el blog de traducción del que soy coautor, hemos discutido hace poco acerca del significado del título de la última película de James Bond y de la conveniencia o no de dejarlo sin traducir. Quantum of solace, en mi opinión quiere decir un cuanto de solaz. ¿Y eso a su vez qué quiere decir? Pues es una forma algo pedantilla de decir una pizca de consuelo.
Un cuanto es la más pequeña cantidad de energía que puede existir. Y el principio básico en torno al cual se tejió la teoría de la mecánica cuántica es precisamente ese, que la energía no puede hacerse infinitamente pequeña sino que existe una cantidad mínima de energía, que es el cuanto. Por lo tanto, decir un cuanto de ... en sentido figurado es una hipérbole todavía más exagerada que una millonésima de ...
Según los matemáticos existen variables discretas y variables continuas. Por ejemplo, el número de personas que viven en una ciudad es una variable discreta, existen siempre "saltos" o "huecos" entre sus valores; o son 1.000.000 o son 1.000.001, pero no pueden ser 1.000.000,5. En cambio, las variables continuas están "rellenas", es decir, entre dos valores podemos encontrar siempre otro intermedio; son continuas, no existen saltos. Los números reales son continuos en teoría; los matemáticos siempre pueden imaginar, entre dos números muy próximos, uno que está en el medio de ambos.
Sin embargo, parece que en la realidad, por muy pequeños que sean esos saltos, siempre los hay; existen esos cuantos, esos valores mínimos. La realidad sería como una pantalla digital de mucha definición; aunque sean muy muy pequeños, existen píxeles indivisibles y cualquier medida será siempre un múltiplo de esos píxeles.
La mecánica cuántica, en la que no voy a entrar porque daría origen a un post kilométrico, ofrece mucho juego para el cine porque, según algunos de sus teóricos, deja campo abierto a la existencia de los famosos universos paralelos de algunas películas. La cosa es que las teorías cuánticas establecen la imposibilidad de determinar la posición de una partícula; la trayectoria y el movimiento se cambian por una ecuación matemática que nos da, no lo que ocurre en cada instante, sino simplemente la probabilidad de que algo ocurra en determinado instante. Podemos saber que en determinado momento es muy probable que ocurra algo; en otro momento es casi imposible. Ahora bien, lo que realmente ocurre, no podemos saberlo.
Esto se plasmó en la llamada paradoja del gato de Schrödinger. Consiste en introducir a un gato en una jaula, empezar a inyectar en ella un gas venenoso y esperar a que transcurra el suficiente tiempo para que la probabilidad de que el gato sobreviva sea de un 50 %. Abrimos la jaula y, ¿qué encontramos? ¿un gato vivo o un gato muerto? Nuestra lógica parece decirnos que una cosa o la otra; sin embargo, según la mecánica cuántica, el pobre gato no está ni vivo ni muerto, o más bien está vivo y muerto a la vez. Y esto lleva a algunos científicos a afirmar que existen dos universos paralelos, uno en el que el gato vive y otro en el que el gato muere. Parece absurdo, pero el mundo infinitesimal de las partículas subatómicas funciona así; en la mitad de las pruebas con las que intentamos verificar la vida de nuestro amigo felino nos dan como resultado que vive, sin embargo la otra mitad nos anuncian que está muerto. En el mundo subatómico, una cosa ocurre y no ocurre a la vez.
Aplicando el comportamiento de este mundo cuántico a la vida cotidiana, tenemos que, si yo me apoyo contra una pared, existe un universo paralelo en el que esa pared se derrumba; existe otro universo paralelo en el que me ha tocado la lotería (también unos cuantos millones de universos paralelos en los que no me ha tocado), etc. Todas estas películas en las que empiezan a ocurrir cosas extraordinarias, que generalmente se resuelven explicando que los personajes están muertos, vienen a ser una especie de plasmación de este caótico universo. Así que podría existir un mundo paralelo en el que usted es la reina de Inglaterra y otro en el que es Stephen Hawking, por lo que mejor no meterse con nadie porque eso supone escupir al aire.
Esto se plasmó en la llamada paradoja del gato de Schrödinger. Consiste en introducir a un gato en una jaula, empezar a inyectar en ella un gas venenoso y esperar a que transcurra el suficiente tiempo para que la probabilidad de que el gato sobreviva sea de un 50 %. Abrimos la jaula y, ¿qué encontramos? ¿un gato vivo o un gato muerto? Nuestra lógica parece decirnos que una cosa o la otra; sin embargo, según la mecánica cuántica, el pobre gato no está ni vivo ni muerto, o más bien está vivo y muerto a la vez. Y esto lleva a algunos científicos a afirmar que existen dos universos paralelos, uno en el que el gato vive y otro en el que el gato muere. Parece absurdo, pero el mundo infinitesimal de las partículas subatómicas funciona así; en la mitad de las pruebas con las que intentamos verificar la vida de nuestro amigo felino nos dan como resultado que vive, sin embargo la otra mitad nos anuncian que está muerto. En el mundo subatómico, una cosa ocurre y no ocurre a la vez.
Aplicando el comportamiento de este mundo cuántico a la vida cotidiana, tenemos que, si yo me apoyo contra una pared, existe un universo paralelo en el que esa pared se derrumba; existe otro universo paralelo en el que me ha tocado la lotería (también unos cuantos millones de universos paralelos en los que no me ha tocado), etc. Todas estas películas en las que empiezan a ocurrir cosas extraordinarias, que generalmente se resuelven explicando que los personajes están muertos, vienen a ser una especie de plasmación de este caótico universo. Así que podría existir un mundo paralelo en el que usted es la reina de Inglaterra y otro en el que es Stephen Hawking, por lo que mejor no meterse con nadie porque eso supone escupir al aire.
5 comentarios:
Creo que tu explicación del gato de Schrödinger no es correcta, me explico:
Si metes gas venenoso en una caja el gato se muere y punto, no hay más misterio.
La gracia está en que el gas se activa cuando una partícula radiactiva que hay también dentro se desintegra. Según las leyes de la mecánica cuántica no puedes saber cuándo se desintegra, sólo tienes una probabilidad.
Si haces que todo el sistema dependa de la partícula entonces la vida del gato sigue las leyes de la mecánica cuántica: no tienes una certeza de si el átomo se ha desintegrado o no, sólo tienes una probabilidad, así que sólo tienes una probabilidad de si el gato está vivo o muerto. Al abrir la caja y observar se define un estado, desintegrado o sin desintegrar, vivo o muerto.
Por supuesto si haces la prueba de verdad el gato no está vivo y muerto a la vez, es sólo un experimento mental.
:)
Ocurre lo de siempre, este blog está pensado para gente que no sabe de ciencia; a quien ya sepa en qué consiste la mecánica cuántica y conozca la historia del gato de Schrödinger, no le estoy contando nada que no sepa, pero para quien sólo le suene lo de la mecánica cuántica y no sepa de que va, me ha parecido mejor simplificarlo y no meterme en radiactividad y el cambio que suponen las ecuaciones de Schrödinger en el modelo del átomo de Bohr; por eso he dicho simplemente que tenemos un 50 % de posibilidades de que el gato haya sobrevivido, sin explicar de donde viene ese 50 %.
Efectivamente, la explicación exacta del experimento es la que tú dices y te agradezco mucho que la aclares porque esa es la idea: que el post sea muy simple y quien quiera más información lea los comentarios y se encuentre explicaciones más exactas y detalladas como la que das tú.
Tampoco lo de los universos paralelos es tan simple como lo que estoy contando; quien quiera meterse más en detalles, bienvenido.
Yo el título lo había llevado a una traducción como: cuánto solazamiento.
Tomando quantum como cantidad no cuantificable y la imposibilidad de obtener beneficio de algo que te perjudica.
Es decir, si fumar es perjudicial para nosotros, ¿cómo puede ser beneficioso?
Entonces me hablas de gatos intoxicados y del modelo atómico de Bohr y me voy a la cama sin poder dormir.
Sois lo mejor.
"Quantum of Solace" es un relato corto de Ian Fleming acerca de un matrimonio que fracasa, así que yo lo traduciría como "Una medida de cariño" o "la medida de cariño"
Carlos: en el blog de traducción está todo eso explicado.
Dillinger: http://1.bp.blogspot.com/_RqpsNRQmDOY/STOtktMV31I/AAAAAAAADT4/ZyvdfE-X1vo/s1600-h/392.gif
Jejejeje.
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